Agricultura

Flores comestibles y maca andina se incorporan al Código Alimentario Argentino

Esta medida, concretada mediante las Resoluciones Conjuntas 1/2025 y 2/2025, busca ampliar la diversidad de ingredientes vegetales seguros y promover la innovación responsable en la industria alimentaria.

La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica y la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de Argentina oficializaron la inclusión de once especies de flores comestibles y de la raíz de maca (Lepidium meyenii Walp) en el Código Alimentario Argentino (CAA).

Flores Comestibles: De la Tradición a la Mesa Moderna

La Resolución Conjunta 1/2025 modifica el Artículo 822 del CAA para incorporar 11 especies florales. Estas flores podrán ser comercializadas en formatos frescos, desecados o como condimento:

-Caléndula, Zapallo o Calabaza, Diente de León (foto), Azahar (de naranjo, limón y cidro)

-Jazmín, Lavanda, Manzanilla, Hibisco, Rosa, Rosa Mosqueta

-Taco de Reina o Capuchina

Su inclusión responde a la creciente tendencia gastronómica y reconoce su valor estético, aromático y nutricional, así como la antigua tradición de consumo en diversas culturas, incluyendo comunidades originarias del sur argentino.

Por su parte, la Resolución Conjunta 2/2025 incorpora la maca bajo el título “Raíces y tubérculos”. La normativa fue impulsada con antecedentes técnicos de las Normas Peruanas y establece un marco regulatorio para:

-Harina tostada de maca: Producto obtenido de la raíz deshidratada y molida.

-Harina gelatinizada de maca: Producto sometido a un proceso de extrusión, destinado a su uso en suplementos dietarios, con una ingesta máxima de 1,5 gramos por día.

Ambos productos deberán cumplir con rigurosos criterios microbiológicos y límites de contaminantes, garantizando su inocuidad y calidad para el consumo.

Innovación, Desarrollo y Armonización Internacional

Tanto la Anmat como la Secretaría de Agricultura subrayaron que estas incorporaciones fortalecen el compromiso de Argentina con una alimentación más diversa y segura. Además, contribuyen a la armonización de la legislación nacional con los estándares internacionales. Destacaron que el cultivo de estas especies representa alternativas productivas con valor agregado que pueden impulsar las economías regionales y generar oportunidades en comunidades rurales.

 

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