Maíz vs Chicharrita
Una plaga, que ya está arrojando pérdidas que podrían alcanzar una cifra histórica para la oleaginosa
Zonas de producción como el centro de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, se estima que la superficie potencial con algún daño significativo podría ascender a 360.000 hectáreas.
Si bien en esas zonas es una plaga que estuvo siempre presente, no se encontraba en altas proporciones, desde diciembre del año anterior se ha observado un incremento significativo en la presencia de la chicharrita de maíz en las regiones agrícolas del centro y norte de la Argentina.
Respecto del insecto, es un vector que transmite de manera persistente y propagativa la bacteria Spiroplasma kunkelii, causante de una enfermedad que es constante en la zona norte del país, y fuerte incidencia en el sur de Brasil. En el análisis de los especialistas que están siguiendo de cerca este fenómeno, son diversos factores los que han contribuido a este aumento repentino del vector, como la disminución de la frecuencia de heladas durante los últimos inviernos, el escalonamiento de las fechas de siembra, el aumento de la proporción de siembras tardías y el control deficiente de las plantas hospederas.
La mayor preocupación que se ha generado en el sector agrícola, sobre todo en regiones como el centro de Santa Fe, el noreste de Córdoba y el oeste de Entre Ríos, con afecciones serias por la plaga, es por la severidad de la enfermedad.
Según el relevamiento del Panorama Agrícola Semanal (PAS) que realiza la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Asimismo, durante los últimos siete días se ha reportado en el centro-norte de Santa Fe una disminución de 19 puntos porcentuales en la condición entre normal y excelente de los planteos tardíos debido en gran parte a esta enfermedad.
En torno a la producción maicera de argentina y por ello la preocupación en su rendimiento y la afección de la plaga, es el notable aumento del área sembrada con maíz tardío, en el centro-norte de Santa Fe la proporción de siembras tardías pasó de un promedio de 63,4 % del total del maíz en las últimas cinco campañas a un 78 % para esta campaña, superando ese promedio por 14,6 puntos porcentuales.
En sintonía con esto, en el Núcleo Norte la proporción de siembra tardía paso de solo el 12,6% para el promedio del último quinquenio a 32% para la campaña 2023/24, un incremento de 19,4 puntos porcentuales. Esta situación determina que, en el momento del pico poblacional del vector dado principalmente por las altas temperaturas del verano, una mayor proporción del cultivo se encuentra todavía en etapas vegetativas siendo esta la etapa más susceptible al ataque del insecto y, por ende, a la enfermedad.
El aumento de la población de la chicharrita en zona central del país, es la reducción en la frecuencia e intensidad de las heladas durante los últimos inviernos. El insecto sobrevive en plantas hospederas, pero las bajas temperaturas limitan la supervivencia de una gran cantidad de individuos. Al tener menor frecuencia de eventos de bajas temperaturas, una mayor cantidad de individuos sobrevive al invierno permitiendo que al momento del aumento de las temperaturas exista un mayor potencial de establecer poblaciones de mayor tamaño.
Sumado a ello, el escalonamiento de las fechas de siembra implica que desde comienzos de la primavera aumente la cantidad de hospedantes (maíz temprano) que le permite una mayor probabilidad de generar su descendencia.
En concreto, el impacto de esta enfermedad en la productividad de los cultivos podría ser muy significativo. Acarrea síntomas como el enanismo del maíz, clorosis en los bordes de hojas jóvenes y manchas rojizas en las hojas adultas. Las flores masculinas generalmente quedan imposibilitadas de producir polen, dependiendo del momento en el que se produjo la infección.
En cuanto a la floración femenina, las plantas pueden quedar completamente estériles y generar múltiples mazorcas sin granos cuajados. En Tucumán, Virla et al. (2004) determinaron que la enfermedad disminuye en promedio en un 70 % la producción, con rangos entre 50 y 90%. Además, afecta la calidad de los granos, lo que genera mermas en el valor de la producción obtenida.
Según los datos del relevamiento, unos 27 departamentos ubicados en Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba, Santiago del Estero, Salta y Tucumán reportan presencia del vector.
No obstante, en los departamentos del centro de la provincia de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos (San Cristóbal, Castellanos, General Obligado, San Justo y Paraná) la preocupación crece debido a que en años anteriores la plaga no se encontraba en tan altas proporciones como esta campaña. Aquí se estima que la superficie potencial con algún daño significativo podría ascender a 360 mil hectáreas. No obstante, el daño real se evaluará a posteriori con los rendimientos obtenidos a cosecha.